En la ciudad de Montreal, se subastó un legendario automóvil Ford GT-40 que perteneció alguna vez al genial actor Steve McQueen. Con un valor de 11 millones de dólares, esta subasta estableció un nuevo record y el Ford GT se convirtió en el auto americano más caro de la historia. Se trata de un modelo del año 1968 y que el actor utilizó en 1971 en el clásico film “Le Mans”.
El GT40 tenía un historial impresionante, incluso antes de que McQueen ponga su mirada en el coche. Henry Ford hijo se lo entregó a él con la esperanza de que podría ganar las agotadoras 24 horas de Le Mans, una fantástica carrera de resistencia. El magnífico auto superó las expectativas, llegando en el primer lugar cuatro veces consecutivas, desde 1966 hasta 1969. Era propiedad de una serie de coleccionistas, y fue restaurado a su estado original en los años 1970 y 80.